DIF:

Sin lugar a dudas, vergüenza y delicadeza son valores humanos cuya práctica hace a las personas merecedoras de todo aprecio y consideración.

Pero faltando tales virtudes al hombre, comete este los peores improperios y majaderías reprobables, convirtiéndolo luego es simple escoria social.

Viene a cuento lo anterior, porque pronto dió el alcalde Lizárraga muestras de cinísmo y vulgaridad inauditos, al inmiscuir hasta a su señora madre en un trinquete con ciertos terrenos, cosa que, seguramemte no tiene precedente en Guaymas.

Es bien sabido por todos, que el puesto de presidenta del DIF, dependencia semi-oficial que atiende los más delicados ssuntos de las familias del municipio, recae por costumbre, honoríficamente, en la señora esposa del alcalde en funciones, pero cesa de inmediato al separarse este de su encargo, por la causa que fuera.

Pues bien, Lizárraga renunció al ejercicio de su cargo para aspirar a un escaño en el congreso estatal, pero, precisamente por la falta de vergüenza y delicadeza de la presidencial pareja, la señora de Lizárraga continúa al frente del DIF usurpando tal puesto y haciendo, a la vista de todos, el peor de los ridículos.

He allí, pues, vista dramáticamente, la total importancia de los valores que hoy, por cierto, se cacaraquean tanto, pero que se olvidan cuando se tiene que pasar de la palabra a los hechos…!

(-eusebioosuna)