Casa día es más común ver por las calles porteñas, vehículos de guerra conduciendo a soldados esbozados, de mirada fiera y el arma presta al exterminio.
El innecesario desplante bélico es una manifestación de la guerra calderoniana contra su misma sombra, que al pueblo cada vez le parece más inútil e incomprensible, a no ser por las decenas de miles de víctimas, muchas de ellas, por cierto, simples daños colaterales (?)…!